Pekín posee una belleza ambigua e irrefutable, pero ésta no le viene de los estereotipos turísticos. Se trata de una metrópoli sumamente expresiva que nos enfrenta a verdades desnudas, que no admite simulacros que la miren con los ojos del exotismo, ni que enfaticen los mitos de lo terrible que circulan en torno a ella. Más bien es, advierte el escritor Edgardo Bermejo, un dragón ciego que surca los cielos del mundo a una velocidad nunca antes vista.
Forbidden City. Beijing possesses an ambiguous yet undeniable beauty quite removed from the stereotypes seen in travelogues. It is a highly expressive metropolis, one that confronts us with certain naked truths: it refuses to be seen through the lens of exoticism, and rejects the nightmarish myths surrounding it. Rather, as writer Edgardo Bermejo states, it is a blind dragon sailing through the world’s skies at prodigious speed.
Edgardo Bermejo.
Ulises Castellanos.